Cuando era niño dibujaba de memoria, mujeres desnudas con gran realismo que luego vendía a sus compañeros del colegio, para comprar bolas de cristal multicolor para jugar a las canicas, o peonzas a las que les sustituía sus puntas redondas por largos clavos de acero muy afilados, con los que jugaba a romper las de sus amigos. Era un chico con gran fantasía e imaginación, que además escribía muy bien, lo que le valió para conseguir el premio nacional de redacción.
Pero en lo que realmente destacaba era en la mecánica y en el diseņo de armas para las guerras entre las pandillas del pueblo, sus ingénios bélicos eran famosos entre sus amigos. Actividad que mi Padre corto de raiz, al enviarlo a estudiar a Vigo a un colegio en régimen de internado.
No fué un estudiante modélico durante el Bachillerato, pero sorprendió a todos cuando al realizar la Carrera de Madicina, su gran vocación, empezó a obtener muy buenas notas, terminando la Carrera con Premio Extraordinario. Al finalizar la Carrera ingresó como Oficial de Complemento en la Armada en el Cuerpo de Sanidad. Al poco tiempo después consiguió terminar la especialidad en Medicina Interna. Ya como Teniente Médico empieza a preparar la especialidad de Oftalmología a la vez que los exámenes de MIR, aprobando la oposición a la primera.
Como Médico Militar estuvo destinado en la ETEA y en la Escuela Naval Militar, además de ejercer su profesión como Oftalmólogo en una clínica particular. Cuando obtuvo plaza como Oftalmólogo en un Hospital de la Seguridad Social, tuvo que abandonar la Armada, por imposición de la Ley de Incompatibilidades. Desde entoces trabaja para varios Hospitales de la Seguridad Social y en varias clinicas de su propiedad, pero nunca abandonó su afición por la mecánica y el dibujo.